En muchas empresas y oficinas se da por hecho que mientras una computadora “prenda y abra Word”, todavía sirve.
Pero detrás de esa idea se esconde una realidad que pasa desapercibida: el tiempo y la productividad que se pierden cada día por trabajar con equipos lentos o desactualizados.
A simple vista, renovar computadoras puede parecer un gasto innecesario. Sin embargo, en la práctica, mantener equipos obsoletos termina siendo mucho más caro, tanto para los colaboradores como para el área de sistemas y la empresa en general.
La falsa sensación de ahorro
Un equipo que “todavía funciona” no necesariamente rinde. Esa lentitud al arrancar, las demoras al abrir un archivo o los bloqueos repentinos pueden parecer detalles menores, pero sumados día tras día representan una gran pérdida de tiempo.
Veámoslo con números:
10 minutos diarios perdidos = 220 minutos al mes (casi 4 horas) por persona.
10 empleados = 40 horas hombre al mes.
1 año = más de 480 horas productivas, equivalentes a 60 jornadas completas de trabajo.
Y eso sin contar el tiempo que el personal técnico dedica a resolver errores o reinicios. Es un costo oculto que muchas empresas no miden, pero que impacta directamente en su rentabilidad.
Cuando la tecnología frena a las personas
El impacto directo en sistemas y soporte técnico
La inversión que multiplica la productividad
Beneficios principales:
Reducción del tiempo de espera y de los fallos técnicos.
Menor carga y estrés para el personal de soporte.
Mayor fluidez en el trabajo del equipo humano.
Aumento en la productividad y satisfacción del personal.
Menor consumo energético y mantenimiento más sencillo.
Procesos técnicos y actualizaciones mucho más ágiles.
Y eso, al final, se traduce en una empresa más productiva, eficiente y competitiva.